Desarrollo Sostenible y “Una Salud”. Un sistema de información estadístico para el monitoreo de la salud pública veterinaria de Ushuaia, Tierra del Fuego
Sustainable Development and “One Health”. A statistical information system for monitoring veterinary public health of Ushuaia, Tierra del Fuego
Mariano Hermida Mercedes MantéLa Salud Pública, principalmente la relacionada a la calidad del agua y las enfermedades zoonóticas, se encuentra entre los Objetivos del Desarrollo Sostenible al “Garantizar una vida sana y promover el bienestar para todos en todas las edades” (objetivo 3) y “Garantizar la disponibilidad de agua y su gestión sostenible y el saneamiento para todos” (objetivo 6). Esta agenda promulgada por las Naciones Unidas, exhibe la necesidad de contar con información estadística sistemática y continua en distintas áreas locales.
En 1992, la Organización Panamericana de la Salud (OPS), refiere más de 200 enfermedades conocidas y transmisibles entre animales y humanos. En los últimos años, se ha observado un aumento a escala mundial de las nuevas enfermedades zoonóticas, en relación a factores sociales, ambientales, productivos, y a la deficiencia en las medidas de control en los niveles locales y fronterizos.
Nuestro estudio utiliza como caso de análisis la ciudad de Ushuaia que, en las últimas décadas, ha manifestado fuertes y sostenidos crecimientos poblacionales producto de especiales transformaciones en su estructura social y productiva los cuales han establecido importantes impactos en el ambiente y por ende en la salud humana (Hermida et al, 2016).
El presente trabajo se apoyó en el marco teórico que relaciona los Objetivos del Desarrollo Sostenible (ODS), la Salud Pública Veterinaria (SPV) y el concepto de “Una Salud”. En septiembre de 2015, en el marco de la Cumbre Histórica de la Organización de las Naciones Unidas se aprobaron los 17 ODS de la Agenda 2030, los cuales entraron en vigencia el 1 de enero de 2016.
Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), la Salud Pública (Ortega et al 2004) refiere a: “Todas las actividades relacionadas con la salud y enfermedad de una población, el estado sanitario y ecológico del ambiente de vida, la organización y funcionamiento de los servicios de salud y enfermedad, la planificación y gestión de los mismos y la educación para la salud” (p. 842). El término "Salud Pública Veterinaria" se empleó por primera vez en el año 1946, en la OMS, para definir un marco de acción que abarcara las actividades de Salud Pública, relacionadas con la medicina veterinaria en el contexto de la protección y mejora de la salud humana (OPS, 2020). La OPS junto a la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO) y la OMS, denominaron SPV a: “Las actividades de la Salud Pública dedicadas a la aplicación de la capacidad profesional de los médicos veterinarios, sus conocimientos y sus recursos, a la protección y mejoramiento de la salud humana, animal y ecosistémica” (Cartín-Rojas, 2014, p. 193).
El concepto de “Una Salud” (OMS, 2017) fue introducido a comienzos del año 2000 (OIE, 2021). La OMS lo definió como un “enfoque concebido para diseñar y aplicar programas, políticas, leyes e investigaciones en el que múltiples sectores se comunican y colaboran para lograr mejores resultados de Salud Pública” (Marbán-Castro et al 2019, p. 7280) UNICEF y el Banco Mundial, recuperaron el concepto de “Una sola Salud” para contemplar los fenómenos de salud-enfermedad en la interfaz humano-animal-ambiente que se suceden en un contexto integrado --que deben ser abordados de manera conjunta y multidisciplinaria (Cardillo, 2017). La fuerte interrelación de la salud humana, animal y el medio ambiente, han situado a los veterinarios en un lugar fundamental para generar acciones relacionadas con la seguridad e inocuidad de los alimentos, la prevención de enfermedades transmitidas por alimentos, así como las enfermedades zoonóticas y emergentes.
En este sentido, resulta importante advertir las herramientas que aporta este trabajo para la elaboración de estrategias y políticas adecuadas de prevención y control de las zoonosis en la interfaz animal-hombre-ecosistema a nivel local. La información estadística, según Cavuoto (2009), constituye uno de los insumos sustanciales para la producción de conocimiento, el diseño y el monitoreo de Políticas Públicas. A su vez, la democratización de la misma, ha permitido a la sociedad civil debatir acerca de qué tipo de desarrollo se ha considerado conveniente.
Nos preguntamos: ¿existe información estadística vinculada a la Salud Pública, relacionada con la calidad del agua y la persistencia de enfermedades zoonóticas y mordeduras en la ciudad de Ushuaia, entre 2007 y 2017?, ¿hay disponibilidad de fuentes de información estadística para áreas locales? ¿ésta información es de calidad? ¿presenta validez?, ¿existen indicadores disponibles que den cuenta de las variaciones en la prevalencia de enfermedades zoonóticas de la región y factores de riesgo para las poblaciones asociadas a la Salud Pública Veterinaria, la influencia de los cambios ambientales sobre los mismos y su relación con el desarrollo sostenible?, ¿está vigente un modelo de información estadística basado en esos indicadores? De no existir ¿se puede proponer?, ¿estos indicadores de Salud Pública Veterinaria relacionados con las variaciones socio ambientales están analizados?
En base a algunas de estas preguntas nos propusimos realizar un sistema para la generación, gestión y análisis de la información estadística, vinculada a la Salud Pública Veterinaria. Esto es, un sistema con flexibilidad, que atienda a la disponibilidad, calidad y validez de las fuentes de información para las áreas locales en estudio. En este sentido, se recabó información de la ciudad de Ushuaia en relación a la calidad del agua y la persistencia de zoonosis y mordeduras.
Al respecto, se sostuvieron algunos objetivos específicos, a saber:
1- Analizar la información estadística vinculada a la Salud Pública, especialmente la que interviene en la sostenibilidad y desarrollo humano (calidad del agua, persistencia de zoonosis, mordeduras), en la ciudad de Ushuaia del 2007 al 2017.
2- Elaborar un diagnóstico de las diferentes fuentes e información estadística utilizable para áreas locales, en base a la disponibilidad, calidad y validez de indicadores de Salud Pública.
3- Proponer un modelo que oficie de sistema de información estadística basado en indicadores, que sean capaces de dar cuenta de las variaciones en la prevalencia de enfermedades zoonóticas de la región y factores de riesgo para las poblaciones asociadas a la Salud Pública Veterinaria, la influencia de los cambios ambientales sobre los mismos y su relación con el desarrollo sostenible.
4- Analizar los diferentes indicadores de Salud Pública Veterinaria en Ushuaia, y eventualmente Tierra del Fuego, relacionados con las variaciones socio ambientales, sus implicancias para la sociedad y las posibles acciones y proyectos que se pudieran llevar adelante desde los organismos gubernamentales.
Se propuso un enfoque metodológico en dos niveles con un abordaje cualitativo-cuantitativo. Por un lado, el análisis de la información estadística disponible por medio de entrevistas a informantes clave y una grilla de evaluación. Por el otro, el cálculo y consolidación en fichas metodológicas que señalen la meta información de los indicadores seleccionados.
En este sentido, se requirió de un proceso de articulación o triangulación metodológica entre técnicas cualitativas y cuantitativas, que permitieron validar las conclusiones acerca del análisis y evaluación de la información estadística (Arias Valencia, 2000; Cea D’Ancona, 1996; Cook y Reichardt, 1986) y a su vez, posibilitaron dar cuenta de la relación entre los procesos de desarrollo y sus efectos en las dimensiones social y ambiental.
Según lo descripto, en un primer momento, se realizó la evaluación de los indicadores. Para ello, se partió de aquellos propuestos en otros sistemas de información, principalmente por Naciones Unidas para el monitoreo de los Objetivos del Desarrollo Sostenible (Manté et al, 2019) y los que surgieron recomendados por las entrevistas en profundidad a los informantes clave (investigadores, profesionales y productores de información) que fueron seleccionados en base a la calidad, disponibilidad de los datos, pertinencia, especificidad, oportunidad y validez. Al respecto, se confeccionó una “Grilla de Evaluación”, en la que se definieron 4 categorías de indicadores, a saber:
- Categoría 1: Imprescindibles con información disponible.
- Categoría 2: Imprescindibles que se requieren construir en el mediano plazo.
- Categoría 3: Recomendables a construir a largo plazo.
- Categoría 4: Deseables a construir a largo plazo.
Para la elaboración de las “Grillas de Evaluación” se siguió el modelo propuesto por Hermida (2016), el cual establece incluir las siguientes secciones:
- Objetivo de los ODS en el que se encuentran incluidos.
- Meta del ODS en el que se encuentra incluido.
- Nombre del Indicador propuesto.
- Seleccionado para Tierra del Fuego.
- Disponibilidad para Tierra del Fuego.
- Nivel de desagregación (municipal o provincial).
- Periodicidad de publicación.
- Serie de tiempo disponible.
- Accesibilidad de los datos.
- Unidades de medida y de análisis.
- Relevancia o pertinencia del indicador para medir la Salud Pública Veterinaria en Tierra del Fuego.
- Motivo de la No selección.
- Fuente de la Información.
- Número de Ficha Metodológica que le corresponde.
Posteriormente, se elaboró la “Ficha Metodológica” correspondiente a cada indicador propuesto, en las cuales, se hizo referencia a definiciones operativas y conceptuales. Estas fichas metodológicas son instrumentos necesarios para asegurar la comparabilidad de los datos estadísticos producidos a lo largo del tiempo y a su vez, garantizar que los usuarios puedan utilizarlas e interpretarlas en forma correcta.
Tal como plantea Rayen Quiroga Martínez (2009) y sostiene Hermida (2016, 2018) las fichas metodológicas deberán contener las siguientes secciones para dar cuenta de la meta información de los indicadores:
- Nombre del Indicador
- Breve descripción en términos conceptuales
- Relevancia o pertinencia del indicador
- Alcance (qué mide el indicador)
- Limitaciones
- Fórmula y definición de las variables que lo componen
- Fuente de datos
- Disponibilidad del dato
- Periodicidad
- Escala del indicador
- Disponibilidad de la información en el tiempo
- Resultados
Tabla 1: Contenido de fichas metodológicas
Elaboración propia
Para cada uno de los indicadores seleccionados, se realizó en forma completa la Ficha Metodológica correspondiente, dando cuenta del alcance de los objetivos y la constitución del sistema de información, garantizando la calidad, oportunidad y pertinencia del indicador seleccionado.
Se propuso un enfoque metodológico en dos niveles con un abordaje cualitativo-cuantitativo. Por un lado, el análisis de la información estadística disponible por medio de entrevistas a informantes clave y una grilla de evaluación. Por el otro, el cálculo y consolidación en fichas metodológicas que señalen la meta información de los indicadores seleccionados.
En este sentido, se requirió de un proceso de articulación o triangulación metodológica entre técnicas cualitativas y cuantitativas, que permitieron validar las conclusiones acerca del análisis y evaluación de la información estadística (Arias Valencia, 2000; Cea D’Ancona, 1996; Cook y Reichardt, 1986) y a su vez, posibilitaron dar cuenta de la relación entre los procesos de desarrollo y sus efectos en las dimensiones social y ambiental.
Según lo descripto, en un primer momento, se realizó la evaluación de los indicadores. Para ello, se partió de aquellos propuestos en otros sistemas de información, principalmente por Naciones Unidas para el monitoreo de los Objetivos del Desarrollo Sostenible (Manté et al, 2019) y los que surgieron recomendados por las entrevistas en profundidad a los informantes clave (investigadores, profesionales y productores de información) que fueron seleccionados en base a la calidad, disponibilidad de los datos, pertinencia, especificidad, oportunidad y validez. Al respecto, se confeccionó una “Grilla de Evaluación”, en la que se definieron 4 categorías de indicadores, a saber:
- Categoría 1: Imprescindibles con información disponible.
- Categoría 2: Imprescindibles que se requieren construir en el mediano plazo.
- Categoría 3: Recomendables a construir a largo plazo.
- Categoría 4: Deseables a construir a largo plazo.
Para la elaboración de las “Grillas de Evaluación” se siguió el modelo propuesto por Hermida (2016), el cual establece incluir las siguientes secciones:
- Objetivo de los ODS en el que se encuentran incluidos.
- Meta del ODS en el que se encuentra incluido.
- Nombre del Indicador propuesto.
- Seleccionado para Tierra del Fuego.
- Disponibilidad para Tierra del Fuego.
- Nivel de desagregación (municipal o provincial).
- Periodicidad de publicación.
- Serie de tiempo disponible.
- Accesibilidad de los datos.
- Unidades de medida y de análisis.
- Relevancia o pertinencia del indicador para medir la Salud Pública Veterinaria en Tierra del Fuego.
- Motivo de la No selección.
- Fuente de la Información.
- Número de Ficha Metodológica que le corresponde.
5.1 Rol del veterinario en la salud y su medición
Desde mediados del siglo XX, se fortaleció la participación y acción del veterinario en la Salud Pública. Esto ha llevado a la organización de diversos proyectos y debates a nivel nacional e internacional.
Según la OPS (2002), en los últimos años, se ha observado un aumento a escala mundial de las nuevas enfermedades zoonóticas, relacionado a factores demográficos, migraciones, avance de la actividad humana sobre nuevos territorios en los cuales se encuentran los reservorios de varias zoonosis, características de la producción y distribución de alimentos, el cambio climático, la adaptación de agentes etiológicos a nuevas condiciones ambientales, avance en los métodos diagnósticos y a su vez, deficiencia en las medidas de control a niveles locales y fronterizos.
La situación que las zoonosis han presentado en América Latina se encuentra retratada en los informes que la Organización Panamericana de la Salud ofreció a través de “Las Condiciones de Salud en las Américas”, correspondientes a 1990, 1994 y 1998, en donde se estableció que la zoonosis de mayor importancia se refería a Rabia, Brucelosis, Tuberculosis Bovina y Fiebre Aftosa. Se agregaban a este panorama la Teniasis y la Cisticercosis, la Hidatidosis y la Encefalitis Equina de Venezuela. Finalmente, en un plano menos relevante la Leptospirosis, la Triquinosis y la Peste.
Sin embargo, ha de tomarse en cuenta que la Organización Panamericana de la Salud (OPS), en 1992, refirió más de 200 enfermedades conocidas que eran transmisibles entre animales y humanos, lo que significaba que además de las zoonosis antes señaladas, debía considerarse la posibilidad de la presencia de otras que también afectaban, aunque en menor grado, a la población animal y concomitantemente a la humana.
5.2 Relevancia de las zoonosis a nivel regional
Los estudios y gestión de la información acerca de la Salud Pública, y específicamente la relativa a las enfermedades zoonóticas, han planteado un importante recorrido en América Latina y especialmente en Argentina, mientras que, los estudios a nivel local, carecieron de continuidad, sistematicidad, y exhaustividad.
En ese sentido, podemos mencionar diferentes investigaciones relacionadas a la Salud Pública Veterinaria a nivel nacional y local. Zanini y otros en 2008 presentaron estadísticas correspondientes al período de marzo 2005 a febrero 2006, en relación a mordeduras de perros en Tierra del Fuego, donde se destacó que el 89,9% de los ataques fueron producidos por perros ajenos a quien sufrió la mordedura. Además, el 55,8 % de las mordeduras fue en miembros inferiores, mientras que el 11% en cabeza y cuello. De ese 11%, se resaltó que en niños las mordeduras en cabeza y cuello representaron el 34% de los casos y el 55% en miembros superiores. La importancia en el registro de mordeduras a personas, realizadas por las Áreas de Epidemiología del Ministerio de Salud de la provincia, radicó en que éstas, formaron parte de la vigilancia pasiva de la rabia. Esta área nominalizó cada evento bajo el tópico de “Accidente potencialmente Rábico” y en permanente comunicación fluida, directa y constante con los controles de observación del animal mordedor, para que el sistema sea eficaz y eficiente (Laboratorio de diagnóstico de Tierra del Fuego, 2021).
Hasta la fecha de inicio de esta investigación, el último Boletín Integrado de Vigilancia emitido por el Ministerio de Salud de la Nación, en la notificación por provincia de la patología Rabia animal, en Tierra del Fuego (Argentina), no se habían hallado registros que confirmen la enfermedad en la provincia, pero sí, debía tenerse presente que tanto en la región andina de Santa Cruz, Chubut y Río Negro, se habían notificado casos positivos en murciélago, lo cual se encontraba respaldado por diferentes investigaciones locales (Disalvo et al., 2014; Laboratorio de diagnóstico Tierra del Fuego, 2014 y 2021). Cabe mencionar, a su vez, que durante el año 2022 se ha informado el hallazgo de un murciélago del género Histiotus especie, magellanicus, positivo a rabia en la ciudad de Río Grande y durante el año 2023, el hallazgo de otro murciélago de la misma especie, positivo a Rabia en la ciudad de Ushuaia. Siendo este, el segundo hallazgo de Rabia en murciélagos en la provincia de Tierra del Fuego hasta la fecha (Dpto. Enfermedades Zoonóticas y Epidemiología Veterinaria, 2023).
Por otro lado, un estudio en el sur de Chile indica la presencia de virus rábico en zorro gris patagónico (Durán et al, 1989; “Adoptan medidas”, 2014, 2 de marzo). A su vez, esto debe considerarse conjuntamente con lo descrito en Chile en la Región Magallánica, donde 4 murciélagos resultaron positivos. En 2011, 1 murciélago positivo a rabia en Villa Tehuelches, en 2014, 2 murciélagos positivos a rabia en Villa Elena, Laguna Blanca y por último en 2015, 1 murciélago positivo a rabia en Porvenir, ubicado en la Isla Grande de Tierra del Fuego, del lado chileno (Laboratorio de diagnóstico de Tierra del Fuego, 2021).
Asimismo, sobre varias zoonosis de relevancia tales como la Brucelosis, Leptospirosis, Hidatidosis, Toxocariasis, Ancylostoma, Dipylidium sp., Trichuris sp, Taenia, Giardia sp, Dermatofitosis y Sarna se han observado antecedentes en el Boletín Integrado de Vigilancia emitido por el Ministerio de Salud de la Nación, Programa de Control de Hidatidosis y el Departamento de Parasitología del Instituto “Carlos G. Malbrán”, Ministerio de Salud de Tierra del Fuego, Laboratorio de diagnóstico Tierra del Fuego y en varios estudios, realizados por investigadores (Petrina y col., 2013; Zanini et al., 2009; Zanini y col., 2008; Zanini et al., 2005; García et al., 2013; Cardillo, 2017).
Dichos estudios demostraban que la convivencia con los animales o el uso de espacios comunes tales como calles, patios o parques, en los cuales el suelo, agua o el aire, podían ser fuente de contagio y transmisión de zoonosis (Vázquez, et al, 1990; Barr, 1997; Denegri, 2002; Rosa 2012; Peña, 2017). Un ejemplo muy característico de esto, fue la infección con huevos de Toxocara canis, presentes en los parques contaminados con heces infectadas de caninos, donde la población más susceptible fueron los niños (Vázquez, et al, 1990; Barr, 1997; Denegri, 2002; Rosa 2012; Peña, 2017). A nivel local, en la ciudad de Ushuaia, se observó que los espacios públicos, calles y parques contaminados con materia fecal de caninos, presentaron un 32,5% de positividad a algún tipo de parasitosis (Cociancic, 2020), de los cuales el 28,8% correspondió a protozoos y el 8,8% a helmintos. Siendo la distribución la siguiente: Sarcocystis sp. (20.0%), Giardia sp. (8.8%) y Cystoisospora spp. (7.5%) fueron las especies más frecuentemente encontradas, seguidas por Toxocara canis (5.0%), Echinococcus spp./Taenia spp. (2.5%), Trichuris vulpis y Uncinaria sp. (1.3% para ambas). A su vez, se observó que las infecciones simples, con un patógeno correspondían al 69,2%, mientras las confecciones con dos y tres especies parasitarias fueron 19,2% y 11,5% respectivamente (Cociancic, 2020). Algunas de las especies parasitarias encontradas eran potencialmente zoonóticas, lo cual representaba un riesgo potencial de infección para la población (Cociancic, 2020).
5.3 Sistemas de Información de Salud Pública Veterinaria a nivel Internacional y Nacional
Existen varias experiencias similares a nivel nacional e internacional que han brindado respaldo al análisis de viabilidad y requerimiento de nuestra investigación y propuesta. A nivel Nacional, el Ministerio de Salud de la Nación ha impulsado el fortalecimiento de la vigilancia de la salud a través de la implementación --a partir del año 2002-- del Sistema Nacional de Vigilancia de la Salud (SNVS). Este sistema constituyó la estrategia oficial para cumplir con la notificación obligatoria, según la Ley 15.465 “Régimen legal de las enfermedades de notificación obligatoria”, y tuvo por objetivo, establecer redes de comunicación entre diferentes actores de la vigilancia permitiendo así la generación de información integrada, completa y oportuna.
La notificación de los distintos eventos y sus actualizaciones periódicas, posibilitaron el análisis sistemático y rápido de la información registrada para ponerla a disposición de quienes tomaban decisiones de Salud Pública o tenían a su cargo las acciones de control o prevención.
Por otro lado, en el año 2011, se creó el “Programa Nacional de Control de Enfermedades Zoonóticas” (ProNCEZ), su objetivo principal fue “reducir la morbilidad y mortalidad de estas enfermedades zoonóticas” siendo sus objetivos específicos: mejorar la notificación, prevención y control de las principales enfermedades zoonóticas del país; reducir el impacto en la población de las mismas con acciones específicas; implementar la notificación de casos animales en el Sistema Nacional de Vigilancia de Salud; promover y participar en la realización de Campañas de Vacunación Antirrábica en áreas de riesgo; fortalecer las Redes de Laboratorios de Diagnóstico de Rabia, Brucelosis, Leptospirosis, FHA, Toxoplasmosis, SUH y Salmonelosis; conformar o fortalecer las “Redes de Laboratorios de Diagnóstico” de Hidatidosis, Triquinosis, Hantavirus, Leishmaniasis visceral, Psitacosis y envenenamiento por animal ponzoñoso; participar en el desarrollo de programas de capacitación para el personal de salud de las distintas jurisdicciones del país; implementar actividades de educación y promoción de la salud; mantener un stock estratégico de medicamentos y biológicos para proveer a las provincias para su utilización en la prevención y control de enfermedades zoonóticas y fomentar la tenencia responsable de animales de compañía” (Infoleg, 2011). A su vez, se encontraron en vigencia varios programas nacionales de control y erradicación de diferentes zoonosis.
En este apartado realizamos la evaluación y selección de los indicadores que permitieron el monitoreo de la Salud Pública Veterinaria en el marco del Desarrollo Sostenible y “Una Salud”, en Ushuaia, Tierra del Fuego. Para ello, en un primer momento, se presentaron aquellos indicadores propuestos por la Organización de las Naciones Unidas para la medición de los Objetivos de Desarrollo Sustentable, que resultaron pertinentes a este trabajo.
Tabla 2: Indicadores para la medición de los Objetivos del Desarrollo Sostenible propuestos por la ONU. Año 2016.
Teniendo en cuenta las características de la región podemos advertir que varios de los indicadores propuestos por la ONU, resultaron impracticables, no dando cuenta de las variaciones en la prevalencia de enfermedades zoonóticas de la región y los factores de riesgo para las poblaciones asociadas a la Salud Pública Veterinaria en Tierra del Fuego.
Un sistema de información estadística requiere la cuidadosa selección e integración de los indicadores. Para la selección de los indicadores a incluir en el Sistema de Información, se recurrió a la realización de entrevistas en profundidad con informantes clave (investigadores, profesionales y productores de información), que fueron seleccionados en base a:
• calidad
• disponibilidad de los datos
• pertinencia
• especificidad
Se evaluaron un total de 39 indicadores, siguiendo los criterios (categorías) detallados anteriormente para la Grilla de Evaluación. Además, se evaluaron los 7 indicadores propuestos por la ONU, de los cuales se desestimaron 4 y los 3 restantes se re adecuaron a la realidad nacional y local.
El listado quedó conformado, en un primer momento, por 32 indicadores, clasificados de la siguiente manera:
• 16 fueron clasificados en el primer grupo: imprescindibles con información disponible.
• 8 en el segundo grupo: imprescindibles que se requieren construir en el mediano plazo.
• 2 en el tercer grupo: recomendables a construir a largo plazo.
• 6 en el cuarto grupo: deseables a construir a largo plazo, estos indicadores surgieron durante las entrevistas en profundidad (los cuales no fueron incluidos en el listado final, debido a no haber información disponible a nivel local y provincial).
De esta forma quedó conformado el listado definitivo con 26 indicadores en sus respectivas Fichas Metodológicas. Los indicadores incluidos en los dos primeros grupos, corresponden a los indicadores seleccionados en un primer momento y los restantes, a los indicadores sugeridos a ser agregados a medida que se dispone de la información o mejora la calidad o disponibilidad de los mismos.
Tabla 3: Indicadores clasificados como imprescindibles con información disponible.
Tabla 4: Indicadores clasificados como imprescindibles que se requieren construir en el mediano plazo
Tabla 5: Indicadores clasificados como recomendables a construir a largo plazo
Tabla 6: Indicadores clasificados como deseables a construir a largo plazo
Para alcanzar los objetivos específicos 1 y 2 definimos el tipo de información estadística de base deseado, para alimentar y conformar el sistema de información propuesto. Se llevó adelante la evaluación a partir de entrevistas en profundidad a informantes clave que guiaron los contenidos e indicadores necesarios a incluir en la elaboración del presente sistema.
En cuanto a la calidad de la información observamos que la normativa y las fuentes de información determinaban la disponibilidad, la oportunidad y la confiabilidad. La información proveniente de organismos y relevamientos nacionales, diseñados y provistos de metodologías de estadísticas públicas no presentaban mayores complejidades. Sin embargo, gran parte de la información seleccionada para el sistema fue provista por fuentes de registros administrativos u operativos de datos primarios relacionados a la salud animal, que debieron ser analizados y reorganizados en mayor profundidad. Es decir, que la disponibilidad de la información de calidad y pertinente a indicadores correspondientes a Casos y Tasas de enfermedades diagnosticadas en el hombre y al listado de enfermedades de notificación obligatoria, se encontraba prácticamente cubierta, a nivel local y/o provincial. A medida que avanzamos en el análisis de los indicadores relacionados a enfermedades diagnosticadas en los animales –salvo casos particulares como el de la Rabia animal, perteneciente al listado de enfermedades de notificación obligatoria- observamos que los requerimientos no se encuentran cubiertos de la misma manera.
En cuanto a los objetivos específicos 3 y 4 los datos obtenidos permitieron la confección de los 26 indicadores seleccionados para la primera etapa. Si bien, el procesamiento y cálculos de los indicadores varió en profundidad según el caso, la necesidad de recopilar y procesar dicha información, y la falta de disponibilidad, deja de manifiesto la poca utilidad y trascendencia que se le brinda, principalmente a la información relacionada a las zoonosis, salud animal y mordeduras.
El desarrollo de este trabajo dejó al descubierto dos cuestiones, por un lado el contar con información estadística posibilitó el monitoreo de las políticas, y por el otro, que la inexistencia de la información fue un claro síntoma de falta de seguimiento y evaluación de dichas políticas.
Sobre el objetivo 4 vale hacer un comentario: la falta de disponibilidad en la información a nivel local de la distribución de agua de red y servicios cloacales -asociada a la falta de georreferenciación, en la mayoría de los datos relacionados a enfermedades zoonóticas y mordeduras- hizo imposible observar la relación y la evolución de estos indicadores en el tiempo.
Por otro lado, fue de suma importancia el trabajo coordinado y colaborativo, multi e interdisciplinario en diferentes sectores como la Salud Pública, la salud animal y el medio ambiente, y la difusión sistemática de los datos epidemiológicos y de laboratorio con el fin de prevenir y detectar brotes de zoonosis y problemas de inocuidad de alimentos.
En este sentido, consideramos que el presente sistema de información, resultará de especial utilidad para una región que se encuentra en constante formación, la juventud de sus estructuras institucionales, el rápido crecimiento demográfico, el impacto ambiental que puede traer este proceso, sumado a las propuestas de nuevas Políticas Públicas en relación a la Salud Pública, especialmente la que interviene en la sostenibilidad y desarrollo humano, como persistencia de zoonosis, mordeduras y calidad de agua, que han hecho necesario contar con mayor cantidad de información confiable y de calidad.
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