Martin, María Victoria y Vestfrid, Pamela (Comp.). La aventura de innovar con TIC II: aportes conceptuales, experiencias y propuestas. La Plata: Facultad de Periodismo y Comunicación Social, Universidad Nacional de La Plata, 2018, 175 p., ISBN 978-950-34-1711-9.
María Antonieta TeodosioLa presente obra resulta la continuación necesaria de La aventura de innovar con TIC, editada hace tres años. Como señalan Martin y Vestfrid, las condiciones contextuales, marcadas por la presencia de las tecnologías de la información y la comunicación, proponen problemas y desafíos tanto en el orden de la cotidianeidad como particularmente en educación, y de tal modo lo que se vive ha alcanzado una magnitud y velocidad que exige reflexión, participación y experiencia. La cultura de la innovación pesa fuerte y los docentes nos preguntamos en repetidas ocasiones qué innovar, cómo, con qué herramientas, qué es lo que puede cambiar.
En esta edición María Victoria Martin y Pamela Vestfrid, sus editoras, vuelven a acercar el trabajo que realizan desde el Seminario Taller de estrategias de trabajo colaborativo con redes sociales virtuales y otros asistentes online, que brindan en la Facultad de Periodismo y Comunicación Social de la Universidad Nacional de La Plata. Puntualmente, se trata de la tarea desarrollada a lo largo de 2016, aunque completan el volumen un grupo de artículos destinados a explicar en parte el trabajo realizado por los estudiantes y otros, a la problematización de la cuestión tecnológica en la actualidad.
El libro está organizado en cinco secciones, cada una de las cuales brinda su perspectiva, y están precedidas por una presentación doble, de María Victoria Martin y Pamela Vestfrid, y de Omar Rincón, conocido estudioso de la comunicación colombiano que celebra esta nueva oportunidad de perder la mudez social. La primera parte, destinada a las reflexiones, cuenta con los artículos preparados por docentes e investigadores en comunicación. María Victoria Martin, docente de la UNLP y también de la UNQ, plantea el tema de las mediaciones, de larga tradición, para comprender el lugar de las tecnologías y emerger con la evidencia de que estas no son “meras mediaciones”. Sebastián Novomisky y Gladys Manccini parten de la convergencia tecnológica para revisar la especificidad del contexto y proveer claves para la disputa por los sentidos. Ellos desde su espacio curricular integran la problematización del papel de las tecnologías en las prácticas educativas del Profesorado en Comunicación. Gisela Assinnato, por su parte, aborda la problemática tecnológica desde el lugar de las fuentes académicas, lo que constituye una contribución concreta para los estudiantes universitarios. Finaliza esta sección Pamela Vestfrid, docente en la UNLP, quien desde su lugar de conocimiento y experiencia produce una suerte de guía práctica para docentes de nuestra época.
En la segunda parte, dedicada a los sujetos y contextos digitales, toman la palabra los estudiantes, los usuarios de estas tecnologías útiles para fabricar nubes de conceptos, historietas, pósters o mapas conceptuales, y dan muestras de lo que pueden hacer. Sin duda alguna, es una sección a la que llegamos con curiosidad, con ganas de verlos, de escucharlos, de atender sus evaluaciones, y que de alguna manera nos deja con ganas de más. Sería valioso oír sus narrativas, leer las descripciones que pudieran hacer de las herramientas digitales, de sus posibilidades de acceso, que su empoderamiento tecnológico les permitiera devenir testeadores, probadores y calificadores, que ellos mismos explicaran las virtudes y defectos de estas tecnologías e incluso señalaran nuevos caminos de búsqueda.
Para adentrarnos en el camino conceptual llega la tercera parte, dedicada al trabajo colaborativo, que claramente se observó prolífica, primeramente por la cantidad de buenos trabajos realizados por los estudiantes, donde sí dan cuenta de los procesos efectuados, de las herramientas utilizadas y de su evaluación axiológica, y en segundo término, por la alternativa que estas herramientas representan respecto del trabajo individualista o de equipos. Basta con leer algunos de estos textos para reconocer hasta qué punto desmarcan a los estudiantes de sus lugares conocidos y les permiten explorar posibilidades de construcción sinérgica.
La cuestión normativa llega en la cuarta parte y pone en evidencia el papel que las tecnologías cumplen en la inclusión, ciudadana y educativa. Sin embargo, se hace también manifiesto que no alcanza con dotar de tecnologías el aula ni con proveer TV digital para que la inclusión sea una realidad, ni con asegurarla desde la legislación. Varios de estos trabajos realizados por alumnos tienen el regusto amargo del reconocimiento de que, antes o detrás de estos dispositivos y mecanismos, hay políticas que miran y ven distinto.
Finaliza el volumen con los aportes de los estudiantes que, guiados por la taxonomía de Bloom (que ya había caído en desuso y que la innovación tecnológica reflota) y el modelo TPACK, producen interesantes y breves informes y ensayos, que alientan y promueven más experimentación, reflexión, diálogo y participación.
Como decíamos al principio, las características del momento ponen a los docentes en la necesidad de investigar, experimentar, problematizar y tomar decisiones. Esta constituye una preocupación para los educadores en todo el globo. Es por eso una gran noticia la aparición de este volumen que desde la universidad pública argentina aporta herramientas claras para mejorar las prácticas educativas y, con ellas, producir transformaciones.