Uniendo radios, uniendo voces: Experiencias desde Formosa a la Antártida
Joining radios, joining voices: Experiences from Formosa to Antarctica
Juan C. BenaventeEn un estudio realizado por Paulo Freire (1975) a finales de la década de 1960 acerca del concepto y la práctica de la extensión educativa en zonas rurales, el pedagogo brasileño apuntaba que a nadie se persuade o somete cuando se tiene la opción liberadora, sino que “se les problematiza su situación concreta, objetiva, real, para que, captándola críticamente, actúen también críticamente sobre ella” (p. 23).
Con ese espíritu, en 2011 surgió el proyecto “Uniendo Voces, la Radio como Estrategia de Expresión e Intercambio en Grupos Jóvenes”1. La iniciativa emergió del contacto y la discusión entre estudiantes y docentes del espacio de radio de la UNQ..
La idea central no era rebuscada: realizar talleres de radio en barrios del conurbano bonaerense y conformar una pequeña trama de voces que enlazaran, en aquel momento, con la radio comunitaria “Pueblo” de San Salvador de Jujuy. Ese taller comunitario comenzó a tejer lentamente un conjunto de relaciones y situaciones adicionales que enriquecieron y modificaron la práctica disparadora.
América Latina y el Caribe son laboratorios naturales de radios comunitarias y educativas en los más disímiles escenarios pero con profundos problemas compartidos. Desde 1947, cuando inició la transmisión la mítica Radio Sutatenza en Colombia, impulsada por el sacerdote José Salcedo, las radios comunitarias y alternativas motorizaron campañas de alfabetización y educación, construyeron espacios de comunicación para pueblos originarios y trabajadores y, participaron de movimientos de liberación, como la cubana Radio Rebelde o la Radio Insurgente del movimiento zapatista.
Cada propuesta radial alternativa se enmarca en momentos históricos particulares, formas de expresión, modelos de gestión y propósitos. Desde Uniendo Voces (en adelante, UV), con escasos recursos financieros y el entusiasmo de los integrantes, la búsqueda se orientó en poner en valor prácticas y dimensiones de la radio y, experimentarlas desde perspectivas y posibilidades propias.
Educar y educarse en la práctica de la libertad no es extender algo desde la “sede del saber” hasta la “sede de la ignorancia”, como denunciaba Freire, sino un diálogo de saberes y experiencias. Ello no inhabilita espacios de transmisión de conocimientos y prácticas específicas, sino que en un espacio dialógico se produce un intercambio de saberes, expectativas, sueños, problemas y preocupaciones, que conforman un mosaico vivencial particular en el marco de la extensión universitaria.
¿Qué es la radio? ¿Existe una sola dimensión de la radio, recluida en la radiodifusión? Preguntas básicas comenzaron a entrecruzar las prácticas de UV y fueron enriqueciendo las perspectivas, intereses así como el andar de esta praxis extensionista.
Uniendo Voces propone conformar una trama de voces entre distintos espacios culturales y geográficos del país a través de diferentes expresiones o dimensiones de la tecnología de la radio.
UV desarrolla (y/o desarrolló) talleres de capacitación en radio en espacios comunitarios, en barrios del conurbano bonaerense como en la comunidad originaria Qom Potae Napocna Navogoh en La Primavera, provincia de Formosa; radios abiertas; mediación pedagógica a través de la radio en institutos de formación docente; fomento y práctica de la radioafición; activaciones radiales en onda corta desde la Antártida; talleres de radio en colegios secundarios; talleres de radio en la universidad con inclusión de adultos mayores; actividades conjuntas con la Asociación Civil NaQom, que trabaja en El Impenetrable chaqueño, y una indagación histórico-social de los orígenes de la radio en el partido de Quilmes, lugar de asiento de la UNQ.
Como proyecto de extensión, UV integra su equipo de trabajo con estudiantes y graduados de distintas carreras de la universidad constituyendo una plataforma para experiencias formativas y laborales en espacios heterogéneos.
Los ejes transversales a la praxis extensionista de UV incluyen la interculturalidad, la educación popular con propuestas de renovación pedagógica, como la expresión ludocreativa; el uso y puesta en valor de la radio mediante distintas expresiones, con acento en la apropiación social del medio para intercambiar voces y vivencias, y en el uso como instrumento de mediación pedagógica.
Coincidimos con Holgado (2011) en considerar a la radio más que un hecho tecnológico, un hecho cultural. De este modo, la radio posibilita la diversidad cultural que se constituyó a partir de las luchas, los reclamos y las prácticas populares, educativas y culturales que se desarrollan desde hace décadas. Como hecho cultural, la radio fue rápidamente objeto de tempranos estudios y reflexiones sobre las posibilidades expresivas y estéticas. Es desde esta perspectiva cultural que UV aborda a la radio.
1 Actualmente el proyecto se denomina Uniendo Voces: La radio como herramienta intercultural.
Primeras voces
La trama de voces propuesta por UV comenzó con el compromiso y la dedicación de los primeros alumnos que integraron el equipo de trabajo del proyecto, coordinando talleres de radio con estudiantes de la Escuela de Educación Secundaria (EES) N°15 “República del Perú”, de Quilmes, para luego sumar a la Escuela de Educación Media (EEM) N° 14 “José. M. Estrada” de la misma ciudad. Los talleres de radio solían concluir con pequeños radioteatros y producciones radiofónicas, que los estudiantes secundarios armaban fuera de clase.
Los alumnos de la UNQ llevaron con éxito la exigencia del trabajo con adolescentes, con las dificultades adicionales de precariedad de medios y espacios en algunas oportunidades.
En simultáneo se colaboró con la Radio FM Cienfuegos, en el barrio El Progreso, de la localidad de Bernal, brindando talleres de radio para los niños y jóvenes de la comunidad. Ese esfuerzo se compartió con la Asociación Civil Abriendo Caminos, de Florencio Varela.
En ese barrio marginal de Bernal, la radio popular y la panadería como microemprendimiento comunitario se confundían en un mismo espacio hasta que cuatro años después, la comunidad, los jóvenes de UV y de HLI pudieron ampliar las instalaciones afianzando la edificación y construyendo una planta alta para montar la radio. FM Cienfuegos mantiene una emisión irregular, motivada por los crecientes problemas económicos y las discontinuidades en los integrantes del colectivo que apoya a la radio.
En el mismo orden, surgieron problemas con la radio “Pueblo” de Jujuy, lo que dificultó tejer la trama de voces propuesta inicialmente hacia el norte del país. No obstante, otros actores impensados se sumarían multiplicando el horizonte de expectativas de UV.
Finalizando el primer período del proyecto, en 2013 se sumó la Biblioteca Popular del Río de Quilmes, un oasis de contención para los niños y jóvenes pobladores de la ribera quilmeña2. La biblioteca es un lugar de excepción que refleja el esfuerzo personal y material volcado en ese emprendimiento cultural, a cargo de la profesora Matilde Salustio. La oferta cultural es amplia y además de los eventos de esa índole, se brinda apoyo escolar, talleres de ajedrez, música, cocina natural, ludotecas. La biblioteca, perteneciente a la CONABIP, con su infraestructura de dos plantas al estilo de las viviendas ribereñas, se destaca por la constante dedicación de su directora y de la comisión que mantienen un lugar ordenado, prolijo y completamente confortable y equipado en una zona marginal. La biblioteca se constituyó en un centro cultural de la ribera, y a pesar del reconocimiento de los vecinos, el recinto fue objeto de actos de vandalismo. Sin embargo, ello no melló la voluntad de la Comisión Directiva, cuyo objetivo es brindar un espacio diferente al cotidiano para que esa comunidad pueda acceder sin restricciones a una variada oferta cultural.
Entre 2013 y 2016 funcionó allí el taller de radio comunitaria de UV que coordinó la profesora Estrella Giménez, en el que niños, jóvenes y adultos asistieron semanalmente y pudieron tener un acercamiento al medio. El sueño de los integrantes de la biblioteca popular como de miembros de la comunidad ribereña es contar con una FM, una voz propia que recoja el sentir, las inquietudes y las problemáticas del entorno social y ambiental del lugar.
Es deseable que el conocimiento de éstas y otras experiencias motiven a estudiantes de la universidad a sumarse a los proyectos de extensión, no sólo como instancias de participación comunitaria, sino institucionalmente para afianzar las funciones sustantivas de la universidad: docencia, investigación, extensión desde una práctica activa en la comunidad. Ello revitaliza la importancia de la curricularización de la extensión.
2 A dos kilómetros del centro de la ciudad de Quilmes, hacia el este, en la zona conocida anteriormente como “el bañado”, se extiende una franja costera parcialmente urbanizada con asentamientos marginales y viviendas de dos plantas, frente al Río de la Plata.
Próximo a la universidad, en Bernal, funciona el Instituto Superior de Formación Docente y Técnica (ISFDyT) N° 24 “Dr. Bernardo Houssay”, en el que se cursan profesorados de ciencias naturales, exactas y humanas. UV articuló un trabajo con la docente Marcela B. Velázquez, a partir del vínculo surgido con la Pedagogía de la Expresión que trabaja desde hace años la Federación Latinoamericana de Ludocreatividad (FLALU).
Una de las estrategias implementadas con éxito para la formación de los alumnos fue la realización conjunta de radioteatros. La docente trabaja temas de la currícula mediante la pedagogía de la expresión ludocreativa en su espacio áulico orientados a la producción de radioteatros. Diversos temas se abordaron para plantear propuestas dramáticas para la discusión y el armado de los guiones. Las grabaciones se realizan en el estudio de radio de la universidad, y la postproducción del material sonoro la efectúan alumnos de la UNQ de la Licenciatura en Composición con Medios Electroacústicos y Música y Arte -algunos miembros de UV.
Todo proceso educativo es un proceso comunicacional básico. A veces, fallas en el planteamiento comunicacional de un contenido, o en el propio ejercicio de la pedagogía, son responsables de la atonía o el desinterés de los alumnos. Esta experiencia de mediación pedagógica a través de la radio, pone de manifiesto la versatilidad del medio y la necesidad de practicar permanentemente estrategias movilizadoras en los espacios áulicos.
Uniendo Voces ha iniciado una reflexión acerca de la práctica etnográfica radial, intentando afianzar una radioetnografía comunitaria. Esto podría asumirse como una consecuencia natural de las prácticas del proyecto, aunque también podría pasar desapercibida justamente por la cotidianidad. Radios abiertas; talleres de radio comunitarios; talleres de radio con niños, jóvenes, adultos y tercera edad; trabajo de campo con comunidades originarias; la radioafición practicada desde la Antártida; la radio como instrumento de mediación pedagógica, entrevistas y producciones radiales diversas promovieron que emerja esta idea no nueva, pero fértil y atrayente:
Las posibilidades de la antropología sonora a través de la radiofonía ya han sido tenidas en cuenta, preferentemente en países de América Latina. Las relaciones sociales que se establecen a través de la radio de proximidad han calado profundo en las dinámicas culturales comunitarias. (…) Un estudio radiofónico escenificado en el patio de un colegio, en una plaza, en un equipamiento barrial o en la sede de una asociación de vecinos nos permite inducir a que la gente dialogue alrededor de una mesa con micrófonos de por medio. A su vez, estos contenidos circulan por varios canales de tiempo y espacio generando diversas posibilidades de comunicación social (Maiorana, 2011).
La radioetnografía permite recuperar, si bien de manera fragmentaria, sentidos que construyen las personas; permite un acercamiento a la “comprensión de cómo las personas interpretan al mundo”; permite recuperar hilos de historias, historias de vida, registrar y vivenciar memorias de la colectividad; poner de manifiesto hábitos y aspectos culturales de un colectivo.
El trabajo de campo de la investigación se aleja de los métodos tradicionales como encuestas y entrevistas, para hacer uso de la radio. Este medio de comunicación permite tener una interacción con las personas y así retroalimentar los contenidos acerca del tema de la investigación, que en mi caso fue el habitar o morar en un espacio (Giraldo, 2014).
La radio es un espacio de interacción que facilita la producción y la circulación de significados que contribuyen a configurar (y son expresiones de) la identidad de un grupo. En tal sentido, es posible recuperar a través de ese instrumento de mediación simbólica esas representaciones y situarlas en otros contextos para su circulación e interacción con otras expresiones. La radio provee así una herramienta y un circuito para el conocimiento, y esto va más allá de un simple instrumento etnográfico que se inmiscuye en la vida de una comunidad rural. Se está planteando a la radio en situación etnográfica tanto en las comunidades rurales y originarias de Formosa y el Chaco, como en los talleres de radio urbanos y periféricos, en los relatos de fragmentos de biografías e historias de vida recuperados en el estudio de radio de la universidad.
La decisión de incluir un trabajo de campo con la comunidad Qom Potae Napocna Navogoh de Formosa, se tomó en 2013, para la inminente renovación del proyecto y a partir de los viajes que realizaba la Lic. Lidia Casquero, integrante de UV.
Potae Napocna Navogoh3 es una comunidad Qom rural de más de cuatro mil integrantes que viven en territorios ancestrales en la zona de Laguna Blanca, a unos 174 km de Formosa. La zona es fértil, y está cubierta de montes con abundante vegetación y con algunos esteros y lagunas. Un título de propiedad comunitario, otorgado en 1940 al líder Trifón Sanabria, les reconoce 5.187 hectáreas de territorio, pero la comunidad reclama la restitución territorial completa. Félix Díaz, actualmente, es el qarashé o líder de la comunidad y ha tenido especial protagonismo en las luchas desarrolladas en la provincia de Formosa y también en los reclamos en Buenos Aires.
La comunidad cuenta con la emisora de radio FM 89.3, que es vertebral para la comunicación rural en la zona. Consultados acerca del interés en participar del proyecto, los Qom manifestaron su acuerdo. Por otro lado, esa integración permitiría recuperar el espíritu originario de UV, el de articular experiencias de radio del conurbano bonaerense con similares del interior del país. Todo parecía encajar en el rompecabezas.
Desde luego, la inclusión de la comunidad Qom en un proyecto como UV, modestísimo en recursos financieros y logísticos, importa un fuerte compromiso que debe sostenerse con la comunidad y requiere que integrantes del proyecto puedan trasladarse a Formosa para hacer el trabajo de campo, cuya frecuencia es anual.
Durante uno de los últimos viajes efectuados a La Primavera, las integrantes de UV efectuaron importantes tareas en la radio, como la instalación y ensayo de una nueva consola de audio; asistencia en tareas técnicas y logísticas y un relevamiento general de las instalaciones, a fin de contar con información veraz del estado de situación para planificar lo mejor posible las tareas a realizar en cada viaje, dado que la comunicación con La Primavera es difícil e irregular.
En diciembre de 2017, Rubén Díaz, director de la FM Qom, pudo participar de la jornada “Vamos Las Radios” realizada en la Universidad, gracias a un esfuerzo conjunto entre UV, el proyecto Comunicar EDH y la dirección de la Licenciatura en Comunicación Social.
3 Según Cardin (2013) en 2011 la comunidad optó por designarse a sí misma con la unión del antiguo nombre garra del oso hormiguero (Potae Napocna) y La Primavera (Navogoh), por el que la llamaban los blancos.
Radioafición: Otra dimensión de la radio
La radioafición es un servicio de comunicación regulado por el ente Nacional de Comunicaciones (ENACOM) y reconocido por la ITU (Unión Internacional de Telecomunicaciones), organismo de la ONU que fija las normas generales y técnicas en relación con las comunicaciones y el uso del espectro radioeléctrico.
UV es el único proyecto del país que incorporó a la radioafición dentro de sus áreas temáticas con un enfoque social, procurando poner en valor su historia, usos, finalidades y perspectivas.
Si bien hay universidades argentinas que tienen estaciones de radioaficionados vinculadas a sus carreras de ingeniería, la UNQ se distingue de ellas por:
a) Tema incluido e impulsado desde un proyecto de extensión universitaria;
b) Enfoque desde los aspectos comunicacionales; uso y práctica social, puente intercultural, divulgación y puesta en valor de la actividad.
En Argentina, la radioafición es una práctica poco percibida de la radio, que se ha mantenido por la pasión de sus cultores. Si bien ciertas actitudes de algunos radioaficionados contribuyeron al desinterés o a la reducción de la actividad a un ghetto de extravagantes, otros procuraron y procuran mantener una calidad operativa rigurosa junto al espíritu originario de la experimentación, la simbiosis de diferentes tecnologías en provecho de potenciar la práctica y el servicio, junto a una concepción más amplia de la actividad.
Respecto a lo que se hace, un radioaficionado se comunica con otros utilizando distintos modos y tecnologías vinculadas a la radio. Busca apasionadamente la comunicación, percibir esa lejana y débil señal, escuchar ese ínfimo hilo de voz.
Por modos, se distinguen fonía (uso de la voz); telegrafía (uso del código Morse, modo eficaz por requerir menos recursos que la voz humana); digitales (utilizan distintas tecnologías y combinaciones de software y hardware).
En relación con el equipamiento, conviven tecnologías analógicas y digitales para los transceptores (emisores-receptores); de estado sólido; híbridos (estado sólido y valvulares 4 ), equipos totalmente a válvulas algunos de construcción artesanal.
Se utilizan distintas técnicas de emisión (AM, FM, BLU, digitales 5); estaciones repetidoras; uso de satélites (incluso satélites de uso específico para radioaficionados, desarrollados por los propios adeptos, y en esta categoría hay satélites argentinos); combinación de tecnologías de emisión de radio con tramos de señal mediante Internet (repetidores digitales, entorno Echolink) y sistemas de antenas, un área de gran experimentación dentro de la actividad.
4 Válvula termoiónica: (o también tubo): dispositivo ideado en 1906 por Lee de Forest para amplificar señales eléctricas.
5 AM, FM, BLU, digitales: Amplitud Modulada, Frecuencia Modulada convencionales; Banda Lateral Única, que es un tipo de modulación en AM pero más eficiente; y digitales, entre otros, PSK-31 que utlizan técnicas de modulación y demodulación digitales junto a programas y computadoras para codificar/decodificar los mensajes, lo que permite enviar por consola mensajes por ondas de radio.
Desde el posicionamiento de este trabajo, la radioafición no es únicamente un “hobby”, un “pasatiempo”.
Se considera que además de ese interés individual, lúdico y practicado desde el ocio creativo, esta actividad es, ante todo, un servicio de comunicación, muy preciado y eficaz, como ha sido demostrado en catástrofes y situaciones de emergencia6, en las que los radioaficionados constituyeron a veces en único medio de comunicación para asistencia. Un operador, con un transceptor alimentado con baterías irradiando con una antena de campaña de construcción propia, constituye una estación simple y autosuficiente para lograr comunicaciones eficaces.
La ITU reconoce expresamente a la actividad como servicio.7 Así, entre otras iniciativas, UV propuso en 2016 a la ENACOM y en el marco de la modificación del anterior Reglamento de Radioaficionados,8 un conjunto de sugerencias para adicionar y/o modificar en la norma, entre ellas y de carácter fundamental, la de ampliar el concepto de la actividad.9
Pero el Reglamento General de Radioaficionados (ENACOM, 2018) vigente desde febrero de 2018, define que un radioaficionado es una
Persona debidamente autorizada que se interesa en la radiotecnia con carácter exclusivamente personal y sin fines de lucro, y que realiza actividades de instrucción, de intercomunicación y estudios técnicos (pp. 5-6).
El nuevo reglamento, lamentablemente, mantiene una visión estrecha respecto de la actividad. No obstante, los aficionados no están inhabilitados a prestar servicios sociales en caso de emergencias.
Un radioaficionado no es solo una “persona debidamente autorizada” como expresa el Reglamento. Se considera que un radioaficionado es un actor social que se interesa por la radiotecnia; es un ciudadano comprometido con la sociedad, a través de su vocación comunicacional y consustanciado con la herramienta que manipula, la radio, para experimentar al máximo sus posibilidades, poniéndola al servicio de los valores que una sociedad pondera en determinado tiempo y lugar.
Dos casos más ilustran a la actividad.
El ENACOM otorga licencias a los ciudadanos para operar estaciones de radioaficionados. La licencia brinda una señal distintiva, cuyos prefijos son LU y LW, seguidos por un número de orden, la letra correspondiente a cada provincia y letras de orden.10 La activación de una estación de radioaficionados consiste en efectuar comunicaciones entre operadores nacionales e internacionales con licencias vigentes. Se intercambian mensajes operativos, técnicos y generales. Los primeros incluyen distintivas de radio y condiciones de recepción codificadas; los técnicos aluden a los sistemas y dispositivos utilizados para la comunicación y los mensajes generales constituyen la parte más extensa y rica de los comunicados, en tanto se intercambian historias, anécdotas, características del lugar y otros. Las activaciones se realizan en las porciones del espectro de radio que tiene asignado el Servicio de Radioaficionados.
6Situaciones imposibles de examinar aquí. Dentro de los escasísimos trabajos académicos, sugerimos consultar a Escobar (2014, ver bibliografía), en el que se analiza la contribución de radioaficionados durante las inundaciones en Santa Fe, en 2003. Para otros casos, remitimos al lector a navegar por Internet.
7 Cf. ITU (2016), Reglamento de Radiocomunicaciones, pp.22 y 295. Ver bibliografía.
8 Resolución 50/98 de la Secretaría de Comunicaciones de la Nación.
9 Benavente, J. Nota enviada a ENACOM, febrero 2016. Reconsiderar y ampliar el art. 1.4.26, (Cap. I Disposiciones Generales, 1.4 Definiciones). Propuesta: “Radioaficionado: Persona debidamente autorizada que se interesa por la radiotecnica y la comunicación con carácter personal y social, sin fines de lucro. El radioaficionado realiza actividades de intercomunicación, instrucción, experimentación y estudios técnicos; y presta un servicio de comunicación durante situaciones de emergencia, crisis, o a requisitoria de instituciones y autoridades para la salvaguarda de la vida humana, la preservación del ambiente y otros valores que la sociedad pondera.”
10 Ej.: LU8DBS. Ver Reglamento General de Radioaficionados (ENACOM, 2017, p.16).
En Argentina, la radioafición ha ocupado un lugar esencial en el desarrollo de la radio, y su práctica, si bien se sostiene en el tiempo, no ha tenido el reconocimiento por el servicio que presta en situaciones extraordinarias. En situaciones ordinarias, mantiene el espíritu originario de la experimentación y el goce por el acto comunicativo mediante la tecnología de la radio.
Eduardo Maleh es uno de los diecinueve radioaficionados argentinos que estuvieron en Malvinas, y coincide con otros sobre los alcances de la actividad, la declinación que tiene en nuestro país y la función impulsora que desde el Estado proporcionaría un cambio de rumbo a la tendencia:
La función del radioaficionado es ayudar al prójimo que se encuentra incomunicado y con riesgos de distinto tipo. En la guerra, fuimos una herramienta de la reserva. El Estado debería asumir como política propender la radioafición en el país; cada año quedamos menos. Brasil y Chile han aplicado esta política y se ha incrementado la cantidad de radioaficionados. Los países desarrollados tecnológicamente, son los que proporcionalmente tienen más radioaficionados. Estados Unidos tiene casi la mitad de radioaficionados de todo el mundo, y ellos están en cada comunidad vinculados con los servicios de emergencia, Defensa Civil y Bomberos. 11
Guglielmo Marconi, en su visita a la Argentina centenaria de 1910 con sus experimentos en un alto de la localidad de Bernal, en las cercanías de la actual UNQ, efectuó el primer contacto radiotelegráfico del país y entusiasmó a varios jóvenes curiosos acerca de la nueva tecnología (Benavente, 2015, pp. 2-3).
El 27 de agosto de 1920 los radioaficionados Enrique Susini, César Guerrico, Luís Romero Carranza y Miguel Mujica (que pasaron a la historia como Los Locos de la Azotea) emitieron por primera vez desde el Teatro Coliseo un programa radial con la concepción de utilizar esa tecnología como medio de difusión cultural masivo.
Años después, el mismo Susini explicó: “Éramos médicos estudiosos de los efectos eléctricos en medicina, y también radioaficionados, lo suficientemente bien informados como para estar a la vanguardia” (Ulanovsky et al., 1995, p. 20).
Los radioaficionados de todo el mundo mantienen el espíritu de experimentación y entusiasmo aggiornado por la evolución de los equipos comerciales de comunicaciones; construyen y/o modifican equipos, diseñan y ensayan antenas, intercambian mejoras y organizan transmisiones de campaña, las expediciones radiales. En cierta forma, vale aún lo que Beatriz Sarlo (1992, p. 119) señala como
…la moral del artesano aficionado-bricoleur, que es una moral del reciclaje, el aprovechamiento, las partes descartadas, lo roto y descompuesto, lo cambiado de función, el arreglo imposible. El éxito, para esta moral, es obtener los mayores resultados con medios limitados.
Extendiendo temporalmente el razonamiento de Sarlo, la radio realizaba (y realiza aún) la fantasía donde lo técnico y lo maravilloso se encuentran. Allí reside el potencial de la radio como dispositivo técnico: en su carácter fantástico materializa hipótesis consideradas “maravillosas”, como las de propalar y oír voces lejanas.
La radioafición contribuye al conocimiento y estudio de distintos aspectos de las radiocomunicaciones.
En los tiempos originarios, los experimentadores, radioaficionados, “radiómanos” según prensa de la época, y pioneros de la radio conformaron la vanguardia que impulsaron la actividad. Coincidimos con Ximena Tobi (2008) cuando afirma que en el período inicial de la radio, en las primeras tres décadas del siglo XX, la transformación de posibilidad técnica en medio de comunicación está caracterizada por la “indistinción” entre radio-afición y radio-difusión, donde el empuje lo daban los aficionados. Se suceden no sólo experimentos y contactos radiales, sino que también las experiencias trascienden las fronteras, que para el caso de las ondas de radio no existen.
En este sentido, vale mencionar una experiencia local, la de Carlos Braggio. Desde su estación CB8 ubicada en Bernal, logró en 1924 el récord de comunicación a distancia, haciendo contacto radial durante más de una hora con el experimentador neocelandés Ivan O´Meara, a 10.200 km de distancia. Ambos aficionados utilizaron equipos de “válvulas termoiónicas”, moderna tecnología de entonces.
Onda corta: Radioafición y radiodifusión
El término onda corta12 (short wave en inglés) es una denominación tradicional para referirse a frecuencias de radio entre los 3 y 30 MHz que tienen la característica de propagarse a grandes distancias (DX en la jerga) utilizando “rebotes” en la atmósfera y en la superficie. Esta propagación se ve afectada por la hora del día, la época del año, la latitud y la actividad solar entre otros factores.
Además del uso en la radioafición, la onda corta es utilizada por distintas bandas del servicio de Radiodifusión. Durante la época de la Guerra Fría tuvo un notable desarrollo con fines propagandísticos de uno y otro lado, y en la actualidad si bien se redujeron notablemente las estaciones, aún pervive. La Argentina mantiene transmisiones de OC en el servicio de RAE (Radiodifusión Argentina al Exterior), como la de la LRA36 de la Antártida.
11Maleh, E., comunicación personal, agosto de 2014.
12 Es notable el desconocimiento que existe sobre este servicio. En nuestra experiencia docente, mencionamos en distintos cursos a la OC, sus posibilidades y usos ante la perplejidad de los alumnos.
Era el 30 de marzo de 1927. Siete años antes, Los Locos de la Azotea impulsaron la radiodifusión en el país. Como otro “loco” más, el radioaficionado y operador Emilio Baldoni, en un lejano y frío rincón antártico, perseguía durante once noches a las huidizas ondas hertzianas. La Argentina ocupaba de manera efectiva y permanente la Antártida desde 1904, con su Observatorio Meteorológico y Magnético en la isla Laurie, en Orcadas del Sur, actualmente, Base Orcadas. Allí estaba Baldoni.
De pronto, los puntos y rayas del código Morse vibraron en el receptor de la Estación Radiotelegráfica Orcadas. La estación Ushuaia respondía. La primera comunicación radiotelegráfica del mundo desde la Antártida fue un logro argentino de otro “loco de las ondas” (Moneta, 1949). A partir de ese momento se sostuvieron también, junto a la presencia soberana argentina, las comunicaciones radiales (telegráficas primero, telefónicas después).
No quedó aislada la experiencia de Orcadas de 1927. Durante años, numerosos radioaficionados que integraron las dotaciones de las distintas bases antárticas tuvieron inquietudes pioneras, a la vez de fortalecer la presencia soberana argentina desde el espectro radioeléctrico.
El radioaficionado Francisco Burzi, licencia LU3EAQ, estuvo de dotación en la Base Orcadas en 1961, y recuerda el valor de las activaciones radiales y la experiencia de aquel año:
Cuando fui me otorgaron la licencia LU3ZM, y a quien seria mi Jefe de Radio le dieron la LU4ZM. Nos encomendaron la misión, siempre que el tiempo y las tareas de la base lo permitieran, hacer QSO con estaciones de otros países para hacer saber al mundo de la presencia argentina en la Antártida. Nuestro trabajo como radioaficionados no estaba restringido, podíamos hacerlo en cualquier banda (Burzi, comunicación personal, 2017).
Este es un aspecto esencial de las activaciones radiales de las bases antárticas que ha recuperado y practicado UV.
También, se fundaron radioclubes antárticos: en 1980 se creó el LU1ZM Radio Club Antártico Argentino en la Base Esperanza; en 1997, el Radio Club Base Marambio, por mencionar sólo dos.
Otro suceso trascendental para la radio argentina, oscurecido por el momento histórico en el que ocurrió, constituyó la inauguración en 1979 de la emisora de onda corta LRA36 Radio Arcángel San Gabriel, en la mencionada Base Esperanza. Hasta hoy, la conducción de la LRA36 corre por cuenta de las señoras que invernan con sus familias en la base,13 para lo cual durante el curso preantártico toman clases de locución y producción radial en el Instituto Superior de Enseñanza Radiofónica (ISER). La programación de la emisora recibe el aporte informativo de Radio Nacional (LRA36 integra la Red de RN) y transmite en la frecuencia de 15,476 MHz.
13 En la Base Esperanza, viven familias durante un año (las dotaciones de la base se renuevan anualmente). En esa base funciona la Escuela N° 38 “R. R. Alfonsín”, dependiente de la provincia de Tierra del Fuego.
Desde 2013, un integrante del proyecto UV, con licencia de radioaficionado y radiooperador internacional, realiza viajes a la Antártida surgiendo la posibilidad de articular y sumar una nueva dimensión de la radio al proyecto.
Los viajes a la Antártida tuvieron como destino principal la Base Marambio, y a comienzos de 2018, la Base Matienzo, con un desafío superior por las condiciones de aislamiento, escala y comunicaciones, sólo mediante radio.
Marambio está asentada sobre la meseta de la isla homónima, a unos 200 m de altura sobre el nivel del mar. Fundada en 1969, es la estación más grande y de mayor tránsito que tiene la Argentina en el sexto continente; y es la primera en contar con una pista de aterrizaje para operación durante todo el año de aviones con ruedas.
Los operadores de las estaciones deben buscar diariamente las bandas de frecuencias más favorables para comunicar, dado que ocurren diferencias significativas de rendimiento de un día al otro. Perseverancia, conocimiento técnico básico de radio y de propagación, experimentación y vocación de comunicación deben estar presentes en toda estación de radioaficionado.
UV colabora con las activaciones de las estaciones antárticas LU4ZS Marambio y LU1ZAB Matienzo, que entre otros fines, contribuyen al objetivo estratégico de mantener presencia argentina en el espectro radioeléctrico, además de constituir un medio alternativo y eficaz de comunicación. De hecho, en 2018 las primeras comunicaciones entre los integrantes de la Base Matienzo y sus familias se hicieron a través de la estación LU1ZAB mediante enlaces de radioaficionados. Las activaciones de radioaficionados desde la Antártida permiten recuperar una capacidad discontinuada, menguada hace décadas. Y Uniendo Voces estuvo allí.
Lejos de casa, en la Antártida, territorio inhospitalario e indómito, en condiciones de aislamiento o semiaislamiento, afirman quienes estuvieron allí que las “conductas y caracteres se exacerban y se destilan”. Los recuerdos, el valor de los afectos, la memoria, la espiritualidad, el sentido de pertenencia a una comunidad, a una nación. La radio no fue ajena como vehículo de comunicación a ese contexto y ha permitido tender ese puente invisible y esencial entre las personas, acercando lo lejano, vivenciando lo recordado, agitando la emoción. Durante décadas, e incluso en bases temporales y campamentos, la radio es el único medio de comunicación y contacto con la otredad.
La radio es un fogón tecnológico que ratifica a diario el poder de encantar14 en el sentido más literal y antropológico del término; ratifica el valor y el culto de la oralidad. La radio es un atractor que permite compartir experiencias cercanas y distantes, problemáticas, ideales, ficciones y sueños. La radio multiplica y amplifica las voces susurrantes, a veces subterráneas, de los grupos y de las comunidades.
La radio fue –y es- vanguardia. Vanguardia experimental, estética, expresiva, rebelde, solidaria.
Estas y otras ideas orientan a redescubrir facetas de la radio y usos sociales de esta tecnología que se complementa con la incorporación de otras más “nuevas”.
UV procura recuperar prácticas marginales y esenciales de la radio, y su originalidad como proyecto reside en esta búsqueda, en su extensión a los extremos norte y sur del país, a la incorporación de la radioafición junto a ejercicios más reconocidos como radios abiertas, talleres populares y producción de contenidos comunitarios y pedagógicos.
Carlos Malbrán (2010) escribió: “He creído siempre que si lo que hacemos en radio no sirve para mejorar la vida de la gente, simplemente no sirve” (2010, p. 24). Desde el proyecto UV, con modestia de recursos y acciones, se procura que la radio sirva. Y así, captando cómo se inició la radio a partir de la lúdica y la experimentación de muchos “locos de las ondas” se incluyó a la radioafición como una práctica y un servicio de interés social con posibilidades de inclusión; se extendió el uso de la radio más allá de la radiodifusión hacia la radioafición. El camino inverso de los orígenes; desandar lo andado para andarlo de un nuevo modo. Las dimensiones de la radio como instrumentos etnográficos para recuperar prácticas, historias, significados y vivencias. La radio viva, que late y traza una convergencia cultural: uniendo radios, uniendo voces.
14 Curt Sachs (1967) escribió que “La producción musical de las culturas exóticas pertenece a aquel tramo del camino en que ningún sonido se concreta sin un impulso interior, en que ningún fenómeno sonoro se encuentra aislado y separado de las tensiones comunes de toda la colectividad, de los sentimientos y de las ideas de cada uno de los miembros de la comunidad” (p. 9).
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